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Gemma Rojo Martínez

Sano, natural, ecológico y adelgazante no son sinónimos

By Divulgación científicaNo Comments

 

A. Victoria de Andrés Fernández, Universidad de Málaga

“Yo tomo Garcinia cambogia para adelgazar, es totalmente natural”.

“Yo prefiero los alimentos ecológicos porque nutren mejor”.

“Sólo como productos naturales, que lo natural es salud”.

Afirmaciones parecidas a éstas forman parte de nuestra realidad más cotidiana pese a ser inexactas, incompletas y, en algunos casos, absolutamente inciertas. Aunque guarden cierta relación con certezas biológicas, suelen confundirse los conceptos.

La raíz del problema

Los libros de Ciencias Naturales de los escolares, con demasiada frecuencia, abordan con puntillosa profundidad temáticas altamente especializadas descuidando instruir correctamente sobre aspectos mucho más basales y necesarios. Reconocer las Pléyades en el firmamento, por muy interesante que sea, no aporta nada trascendente para la mayoría de los seres humanos. Sin embargo, todos, absolutamente todos, tenemos que comer y, además, varias veces al día.

El resultado es una población que no tiene clara las ideas a la hora de aplicar los términos “sano”, “natural” o “ecológico” a los alimentos. La cosa se complica cuando se pretende aludir a sus presuntas bondades para perder peso: el índice calórico le pone la guinda al batiburrillo de falsas sinonimias.

La clave del conflicto radica en que, aunque todos estos términos se utilizan como sinónimos de “bueno”, ni todas las bondades son las mismas ni, necesariamente, tienen que ir de la mano.

Dicho de otra forma, un alimento aconsejable para un alcanzar un objetivo no tiene por qué serlo para otro. Incluso, en algunos casos, puede ser nefasto.

El significado de “natural”

La RAE afirma de una cosa (y, por tanto, de un alimento) que es natural cuando está tal y como se halla en la naturaleza, es decir, cuando aparece sin mezclar con otros y sin elaborar. Por lo tanto, el que aparezca procesado o mezclado significa, ni más ni menos, que deja de ser natural, aunque esa circunstancia no tenga una necesaria relación con su presunta “bondad”. Puede, de hecho, que un tratamiento artificial (como podría ser la pasteurización HTST en el caso de la leche) nos libre de contraer enfermedades. En este caso, lo artificial evita la transmisión de Mycobacterium paratuberculosis y Coxiella burnetii causantes, respectivamente, de tuberculosis y fiebre Q. “Artificialidades” como ésta serían claramente positivas.

Por otra parte, muchos de los productos que genera la naturaleza no se podrían catalogar, precisamente, de “sanos” o de “buenos”. Algunas de las necrotoxinas, neurotoxinas, miotoxinas o citotoxinas más poderosas conocidas las sintetizan animales. Así ocurre con el veneno de algunas víboras, que destrozan las membranas celulares con sus fosfolipasas pese a ser “naturales”. El de los pulpos de anillos azules puede llegar a interrumpir la conductancia de los canales iónicos de nuestras neuronas, mientras que el de las serpientes de cascabel destrozan nuestros músculos. Por su parte, el inoculado por las arañas viudas negras matan, una por una, todas y cada una de nuestras células.

La cicuta (Conium maculatum) que mató a Sócrates era natural. Wikimedia Commons / Natural Resources Conservation Service, United States Department of Agriculture

Eso sí, todas ellas nos matan de una forma total y absolutamente natural.

Otros reinos no se quedan atrás en su faceta de terminator. De sobra es conocida la letalidad de algunas toxinas sintetizadas por hongos o la capacidad mortífera de la cicuta, un veneno cuya bella planta productora hace difícil aceptar que se cargó, entre otros, a celebridades como Sócrates.

Ecológico

Se habla de un alimento ecológico, biológico u orgánico cuando es obtenido sin emplear compuestos químicos que dañen el medio ambiente. Pero eso no implica que sea sano.

Volviendo a poner a las setas como ejemplo, una Amanita phalloides crece espontáneamente en nuestros bosques libre de los herbicidas, pesticidas o fertilizantes artificiales. Pues bien, entre las víctimas mortales por la ingesta de esta incontaminada seta se encuentran personajes tan ilustres como el emperador Claudio, el papa Clemente VII, la zarina Natalia Naryshkina o el Archiduque Carlos de Austria. Todos ellos muertos muy “ecológicamente”.

Por otra parte, el cultivo sin aditivos no aporta una mayor capacidad nutricia al alimento, es decir, no afecta a su contenido en carbohidratos, glúcidos, prótidos, vitaminas o minerales, ni en cantidad ni en calidad.

Sano

Los alimentos, por sí mismos, no se pueden catalogar como “insanos”. Lo que sí pueden ser erróneas, y altamente perjudiciales para la salud, son las cantidades y proporciones con las que los incorporamos en las dietas. Por lo tanto, no hay alimentos “malos” sino hábitos alimenticios desastrosos.

En 2004, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó la «Estrategia Mundial de la OMS sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud», haciendo un llamamiento a la promoción de la alimentación sana y la actividad física. Se advertía de que el exceso de grasas polisaturadas nos transforma en candidatos directos a desarrollar procesos aterogénicos y morir de infarto. Pero no podemos olvidar por ello que eliminar completamente las fuentes de colesterol nos supondría, también, la muerte.

De la misma manera, los azúcares son imprescindibles para la obtención energética de nuestras células, pero tomarlos a destajo nos garantiza obesidad y diabetes.

No existen, pues, alimentos “malos” sino dosis y concentraciones inadecuadas, como las presentes en algunos productos con disparatadas presencias de glúcidos o grasas.

En contraposición, sí que se puede afirmar que un determinado alimento es “sano” cuando contiene uno o más elementos bioactivos que suponen un beneficio concreto para nuestra fisiología. Así, y aunque aún existe mucho que investigar (no existe unanimidad al respecto), ha surgido el concepto de alimento funcional.

En cualquier caso, esta condición no tiene necesariamente que ver con que sea natural o ecológico. Como tampoco tiene validez alguna el inconsistente calificativo de “súperalimento”.

Los aditivos químicos utilizados como conservantes, por su parte, no serían lo más recomendable para nuestra salud. No obstante, son un mal necesario, ya que sin algunos de ellos sería inviable el mantenimiento a medio/largo plazo de la mayoría de los alimentos. Lo “malo”, pues, sería no añadirlos: moriríamos de disentería al comer alimentos putrefactos.

Adelgazante

Asúmalo: nada orgánico que entre por la boca adelgaza. No existe ningún alimento que reduzca el peso, puesto que todos aportan valor calórico.

Si quiere adelgazar, no tiene más que gastar más kilocalorías que las que absorbe su intestino de los alimentos digeridos. Obviamente, el poder calórico de los diferentes nutrientes puede llegar a ser radicalmente diferente, pero absolutamente todos suponen una fuente de energía química.

Por otra parte, el que un alimento sea natural, ecológico o recomendable para evitar riesgos coronarios no tiene absolutamente nada que ver con su poder calórico. Estamos ante lo que se denomina científicamente variables independientes.

Acuérdese de esto cuando aliñe la ensalada. Pocos alimentos hay más recomendables que el aceite de oliva extra virgen procedente de un olivar sin aditamentos químicos. Es natural, ecológico y perfecto para cuidar sus arterias, pero debe utilizarlo con cuentagotas si quiere perder peso.

A. Victoria de Andrés Fernández, Profesora Titular en el Departamento de Biología Animal, Universidad de Málaga

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

Curso precongreso de diabetes y genética en la SED

By Congresos y ReunionesNo Comments

El Grupo de Trabajo de DIABETES Y GENÉTICA de la Sociedad Española de diabetes organiza el curso precongreso “BASES GENÉTICAS Y EPIGENÉTICAS DE LA DIABETOLOGÍA PERSONALIZADA Y DE PRECISIÓN”. Presentan el curso el coordinador del grupo de trabajo, Jesús Blanco, y la secretaria del grupo, Sara García, que pertenece al EndoNutri.

Las charlas que se va a impartir son la siguientes:

BASES GENÉTICAS PARA UNA INTERVENCIÓN NUTRICIONAL DE PRECISIÓN EN DM2 por Jordi Merino (Copenhagen (Dinamarca)),

CÓMO BUSCAR CAMBIOS GENÉTICOS QUE AYUDEN A EXPLICAR LA APARICIÓN DE DM2 EN PERSONAS CON FENOTIPO EXTREMO. PROYECTO IMPACTT2D por Sílvia Bonàs i Guarch. (Barcelona)

HNF1A COMO TARGET TERAPÉUTICO. DE LA DIABETES MODY-HNF1A A LA DM2 por Mirabai Cuenca (Barcelona)

GENÓMICA Y EPIGENÓMICA: IMPLICACIONES EN LA DIABETES GESTACIONAL por Sonsoles Morcillo (Málaga)

¿CÓMO INCORPORAR LOS SCORES DE RIESGO POLIGÉNICO EN LA PREVENCIÓN Y ATENCIÓN DE LAS PERSONAS CON DM1? Por Luis Castaño. Bilbao

Finalmente se discutirán una serie de casos clínicos, discusión en la que participarán nuestras compañeras de EndoNutri Ana M.ª Lago y Marisol Ruiz de Adana

Mas información: https://sedgranada2024.com/cursos-pre-congreso

11 de febrero. Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia

By Celebraciones, Endonutri

Nuestras compañeras Ana y Wasima celebrando el día internacional del la mujer y la niña en la ciencia.

El grupo de investigación Biobanco de IBIMA Plataforma Bionand junto con el Área de Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional Universitario de Málaga han llevado a cabo actividades como:

-Testimonio de una joven científica: «Curiosidad y entusiasmo: dos ingredientes que no pueden faltar»

-Talleres: «El viaje de la muestra» y «ADN: el comienzo de la medicina personalizada»

Endonutri identifica la contaminación atmosférica como factor de riesgo en enfermedades cardiovasculares y del metabolismo

By di@bet.es study

Los resultados de una investigación liderada por Sergio Valdés y Gemma Rojo Martínez, investigadores de ENDONUTRI pertenecientes al área de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas del CIBER (CIBERDEM) y al Instituto de Investigación Biomédica de Málaga-IBIMA-Plataforma BIONAND/Hospital Regional Universitario de Málaga, muestran una relación entre nivel de lípidos en sangre y exposición a contaminantes del aire. Esta relación sugiere, a su vez, un vínculo entre polución atmosférica y aterosclerosis, enfermedad que se caracteriza por la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias en el interior de las arterias y en sus paredes.  

El estudio, que ha sido publicado recientemente en la revista European Journal of Clinical Investigation, sugiere que la contaminación del aire, tradicionalmente asociada con patologías respiratorias, tiene también efectos nocivos sobre el nivel de lípidos sanguíneos y puede incrementar los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Para el desarrollo de la investigación se trabajó con datos de 4.647 adultos de toda España, extraídos del estudio nacional de base poblacional di@bet.es, iniciativa pionera del CIBERDEM realizada entre 2008-2010 y 2015-2017 y que midió la prevalencia e incidencia de diabetes tipo 2 y otras enfermedades metabólicas en la población adulta en el conjunto de España.

A cada persona participante en el estudio se le asoció las concentraciones medias de partículas aéreas contaminantes de su domicilio en los años del estudio: partículas con un diámetro aerodinámico menor a 10 o 2,5 micrones) y la concentración de dióxido de nitrógeno en el aire. La Organización Mundial de la Salud ha identificado la contaminación del aire como el mayor riesgo ambiental para la salud en todo el mundo, causante de 4,2 millones de muertes cada año, más de la mitad de las cuales se deben a enfermedades cardíacas isquémicas y   enfermedades y accidentes

cerebrovasculares. La polución atmosférica puede afectar el sistema cardiovascular a través de, por ejemplo, procesos de inflamación y estrés oxidativo sistémico y pulmonar o la disfunción del sistema nervioso autónomo.

Investigaciones previas han mostrado cómo las alteraciones en el metabolismo de los lípidos podrían ser indicio de la asociación entre contaminación del aire y arteriosclerosis. El estudio ha ido un paso más allá, al analizar no solo el nivel lipídico sino también el número y el tamaño de las partículas de lipoproteínas que transportan esos lípidos en la sangre.

Además de examen físico y una toma de muestra de sangre, la información recogida incluyó edad, sexo, nivel educativo, hábito de fumar, consumo de alcohol, alimentación (frecuencia, adherencia a dieta mediterránea, etc.), índice de masa corporal o actividad física diaria, entre otros. Los datos sobre exposición a contaminantes se obtuvieron de los trabajos de los colaboradores del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT).

Los resultados mostraron una asociación significativa entre la exposición a diversos contaminantes del aire y varias medidas estándar o nuevas de lipoproteínas en sangre, lo que apunta a un perfil lipídico con tendencia al desarrollo arterioesclerótico en personas expuestas a un mayor grado de contaminación, e incluso podría indicar un factor de riesgo para el desarrollo o padecimiento de enfermedades cardiovasculares.

En palabras de Sergio Valdés, investigador principal “estos resultados representan un paso importante por tratarse de una investigación basada en una muestra extensa de población, con numerosas variables clínicas, demográficas y de estilo de vida, además de incluir métodos innovadores de medición de lipoproteínas en sangre”.  Por su parte, la coordinadora del estudio, la investigadora Gemma Rojo incide en la importancia de mejorar la calidad del aire en nuestras poblaciones para disminuir el riesgo cardiovascular.

Asimismo, el carácter nacional de la muestra permite extrapolar resultados de manera más confiable que estudios locales o regionales, lo cual aumenta el valor de los resultados como evidencia a utilizar en políticas y acciones de salud pública en torno a patologías como la diabetes que en España afecta alrededor del 15% de la población adulta, o las enfermedades cardiovasculares, que son responsables de aproximadamente el 30% de las muertes en nuestro pais.

Sobre la investigación

Además de Sergio Valdés y de Gemma Rojo, por parte del CIBER han participado en la investigación.Cristina Maldonado-Araque , Eva García-Escobar , Sara García-Serrano y Wasima Oualla-Bachiri  del área de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas del CIBER (CIBERDEM) y perteneciente al Hospital Regional Universitario de Málaga y el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga-IBIMA plataforma Bionand.  Alfonso Calle-Pascual (CIBERDEM) y del Departamento de Endocrinología y Nutrición del Instituto de Investigación Sanitaria Hospital Universitario S. Carlos (IdISSC) de la Universidad Complutense de Madrid. Luis Castaño (CIBERDEM) Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER), Instituto de Salud Carlos III, Madrid y del Hospital Universitario Cruces, BioCruces, UPV/EHU, Barakaldo. Josep Franch-Nadal (CIBERDEM) y el EAP Raval Sud, Institut Català de la Salut, Red GEDAPS, Atención Primaria, Unitat de Suport a la Recerca (IDIAP – Fundació Jordi Gol), Barcelona. Sonia Gaztambide (CIBERDEM), (CIBERER) y del Departamento de Endocrinología y Nutrición, Hospital Universitario Cruces, BioCruces, UPV/EHU, Barakaldo. F Javier Chaves (CIBERDEM) y de la Fundación para la Investigación del Hospital Clínico de la Comunidad Valenciana. Joan Carles Vallvé, Montse Guardiola y Josep Ribalta, (CIBERDEM) y de la Unidad de Investigación en Lípidos y Aterosclerosis, Hospital Universitario Sant Joan, Universitat Rovira i Virgili,  IISRV de Reus. Núria Amigó, (CIBERDEM) y Plataforma Metabolómica, Universitat Rovira i Virgili, IISRV, y el Biosfer Teslab de Reus.

Por parte del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) (División de Contaminación Atmosférica) han participado Marta García,  Juan Luis Garrido, Victoria Gil y Fernando Martín, mientras que por la Universidad de Málaga (Departamenteo de Matemática Aplicada) han participado José L. Galán y Gabriel Aguilera.

Referencia del artículo

Valdés, S, Doulatram-Gamgaram, V, Maldonado-Araque, C, et al. Association between exposure to air pollution and blood lipids in the general population of Spain. Eur J Clin Invest. 2023; 00:e14101. doi:10.1111/eci.14101